DIFICULTADES ASOCIADAS A LA DETECCIÓN Y NOTIFICACIÓN DE ABUSOS
En España no disponemos de datos fiables sobre el número de situaciones de abuso sexual infantil, pero se estima que solo se detecta 1/3 del total de los casos y de estos casos detectados la mayoría no se notifican.
Esto se debe a diversos factores:
Esto se debe a diversos factores:
- Los abusos suelen producirse en el ámbito familiar privado y su detección depende de indicadores externos que no siempre son sencillos de interpretar y que no están validados unánimemente por toda la comunidad científica.
- La definición y el concepto de abuso sexual infantil no están consensuadas. Estas dificultades a la hora de la valoración acerca de si se trata de un caso de abuso sexual o no, vienen determinadas muchas veces por el desconocimiento y las ideas preconcebidas que se tienen sobre la sexualidad en los/as niños/as. También hay dificultad para delimitar los tres elementos que forman parte del concepto: abusador, abuso y abusado.
- Los mitos sociales y las falsas creencias también dificultan a los profesionales a la hora de detectar o notificar un abuso, considerando, por ejemplo, que la justicia no va a actuar adecuada o prontamente, que las denuncias pueden ser archivadas por falta de pruebas o que la familia puede demandarles.
- Algunos profesionales creen que no les corresponde la tarea de notificar, o que ello conllevaría costes para ellos, para la familia o para el propio menor.
- En otras ocasiones, es la falta de confianza en los servicios de protección a la infancia o en el sistema judicial lo que disuade al profesional de realizar esa notificación.
En definitiva, es un deber cívico, moral y legal para los profesionales que están en contacto con menores, detectar y notificar posibles casos de abuso sexual infantil, no obstante, esta tarea no está exenta de dificultades, si bien, todos/as debemos considerar que nuestro silencio puede ser cómplice en una situación devastadora para quien la está sufriendo.
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