INTERVENCIONES PSICOLÓGICAS EN LA ESQUIZOFRENIA

  “Los trastornos esquizofrénicos se caracterizan por distorsiones fundamentales y típicas de la percepción, del pensamiento y de las emociones, estas últimas en forma de embotamiento o falta de adecuación de las mismas. El trastorno compromete las funciones esenciales que dan a la persona normal la vivencia de su individualidad, singularidad y dominio de sí misma” (CIE-10). 

  Se deteriora así su capacidad de relación con el medio, su funcionamiento social y su participación en las actividades compartidas. El aislamiento se debe tanto a que el paciente no es capaz de comportarse de acuerdo a las expectativas de su grupo y comunidad de pertenencia, como por el rechazo que su conducta produce en éstos. 

   La esquizofrenia continúa siendo un trastorno grave dentro de la Salud Mental, cuyos distintos abordajes desarrollados desde comienzos del siglo pasado, no han conseguido, hoy por hoy, resultados apreciables. 

  Los tratamientos farmacológicos, que datan de mediados del siglo XX, suelen ser la terapia de elección de la mayoría de los profesionales que trabajan con el trastorno esquizofrénico. Estos tratamientos han experimentado sustanciales avances, pero esta mejora no ha afectado significativamente a la eficacia de la intervención en la esquizofrenia, además de presentar importantes efectos secundarios.

  Actualmente se considera que la recuperación clínica va más allá de la ausencia total de síntomas. Ser capaz de llevar una vida autónoma, evitar las recaídas y re-hospitalizaciones, controlar la sintomatología y modificar determinados aspectos de las relaciones familiares son algunos de los objetivos que se persiguen como base de una intervención eficaz en la esquizofrenia.

  Por ello, los tratamientos psicológicos cobran relevancia y algunos gozan de un apoyo experimental importante. Se considera fundamental un tratamiento multimodal de la esquizofrenia, donde terapias farmacológicas y psicológicas se combinen de forma adecuada.

  Las terapias psicológicas deben:
  • basarse en modelos teóricos contrastables.
  • ser compatibles con modelos biológicos de vulnerabilidad.
  • ser pragmáticas en tiempo e intensidad.
  • acomodarse a las necesidades de pacientes y familias.
  • modificarse en función de la fase en que se encuentre el trastorno.
  Entre los modelos psicológicos más utilizados en el tratamiento de la esquizofrenia, se encuentran:
El modelo psicoeducativo en el que se proporciona información a los pacientes y a los familiares sobre el trastorno y se les dota de estrategias para hacerle frente.
Las intervenciones familiares destinadas a modificar el clima emocional en el hogar, trabajar determinadas relaciones familiares y contar con la familia como apoyo necesario e incondicional dentro de un tratamiento más global.

Las técnicas de corte cognitivo-conductual van destinadas al manejo de la sintomatología (trabajo con ideas delirantes, con el discurso psicótico, con las alucinaciones, etc) y al aprendizaje de habilidades sociales.




Otras modalidades psicoterapeúticas en la esquizofrenia son: la CRT (Cognitive Remediation Therapy) y la CET (Cognitive Enhancement Therapy). Son técnicas de entrenamiento de funciones cognitivas (memoria, atención,...) y de resistencia mental, que apoyan a otras intervenciones terapeúticas aumentando su eficacia. También la Terapia Psicológica Integrada (IPT) que trabaja con grupos para la mejora de habilidades cognitivas y sociales.
Existen también propuestas de intervención que conceden mayor importancia al proceso de recuperación y ponen el énfasis en el funcionamiento social del paciente.















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