LA MEDIACIÓN FAMILIAR Y EL CUIDADO DE PERSONAS EN SITUACIONES DE DEPENDENCIA


 El envejecimiento de la población es un hecho constatado y que se irá incrementando en las próximas décadas. Este hecho da lugar a que surjan situaciones de dependencia en las que muchas personas precisan cuidados específicos. 

 El Consejo de Europa define "dependencia" como un estado en el que se encuentran las personas que pro razones ligadas a la falta o a la pérdida de la autonomía física, psíquica o intelectual tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes con el fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria y, de modo particular, los referentes al cuidado personal.

 Es la familia la que suele asumir las consecuencias derivadas de las situaciones de dependencia de las personas de más edad, surgiendo conflictos y controversias acerca de cuáles pueden ser los cuidados más adecuados para ellas y quién ha de ocuparse de dichos cuidados. 

 Los desencuentros mantenidos en el tiempo dan lugar a posicionamientos rígidos que provocan rupturas en los vínculos entre los miembros de la familia y redundan negativamente en la calidad de las atenciones a la persona dependiente. 

 Los conflictos familiares presentan una elevada carga emocional. Hay familias con estructuras capaces de afrontar la condición vulnerable de alguno de sus miembros, manejar las emociones y los sentimientos encontrados y hallar la solución más adecuada a las necesidades de todos. 
 Por el contrario, existen otras familias, en las que una situación de dependencia se presenta como un problema que desborda la capacidad de gestión de los miembros implicados, generando mucho malestar y llegando, incluso, a utilizar la vía legal como forma de resolver sus conflictos. 

 El sistema judicial en este ámbito no suele resultar eficaz, ya que puede agudizar o ampliar el conflicto. Es por ello que, desde hace unos años, la mediación se postula como un método de resolución de conflictos de gran valor, sobre todo, en el ámbito familiar. 

 La mediación se define como "un proceso en virtud del cual un tercero, el mediador, ayuda a los participantes en una situación conflictiva a su resolución, que se expresa en un acuerdo consistente en una solución mutuamente aceptable y estructurada de manera que permita, de ser necesario, la continuidad de las relaciones entre las personas involucradas en el conflicto". (John M. Haynes) 


 La mediación se establece como una herramienta muy útil que supone una serie de beneficios en la resolución de las disputas familiares derivadas de una situación de dependencia:
  • Participación activa y responsable de todos los implicados.
  • Mejora en la comunicación. El/la mediador/a procura que todos los miembros de la familia puedan hablar y ser escuchados modulando las expresiones emocionales, en busca de una solución satisfactoria para toda la familia.
  • Generación de acuerdos creativos, a medida de los/as participantes.

 No debemos olvidar que los acuerdos alcanzados mediante un proceso de mediación cumplen la misma función que una sentencia judicial y, como tal, tienen fuerza ejecutiva.

Los/as mediadores/as, como profesionales encargados de gestionar el conflicto y sus componentes emocionales, deben actuar como facilitadores, motivando a la familia hacia el compromiso y la colaboración, y velando, en todo momento, por que se cumpla el principio de interés superior de la persona dependiente.

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