PSYCHOLOGIST

  El CYBERBULLYING es una nueva forma de intimidación de la que tenemos menos información. Además tiene la capacidad de cambiar y adaptarse rápidamente con el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información.    Es por ello que la comunidad educativa y los padres han de estar alerta. Se deben establecer fórmulas de prevención, revisando las estrategias que se están utilizando contra el acoso en el centro escolar y proporcionando información a los padres y a los alumnos. Willard (2005) propone varias estrategias de intervención ante el cyberbullying: guardar todas las pruebas posibles / llevar una evaluación tanto del riesgo de suicidio como de amenazas de violencia / identificar a los autores / ayudar a la víctima /ofrecer información sobre cómo eliminar o detener mensajes / tratar de utilizar estrategias informales de resolución como asesoramiento o mediación escolar.   En esta línea varios autores indican la necesidad de fomentar la información sobre seguridad e

  Dada la prevalencia del acoso escolar y los efectos que éste genera tanto en víctimas como en agresores, es importante establecer medidas de tipo educativo y de conciencia social que impliquen a los centros, los estudiantes y sus familias. En el caso del BULLYING, es un fenómeno relacional por lo que la intervención ha de estar dirigida a todos los miembros del entorno, no sólo a la víctima y al agresor.   La mejor forma de prevenir la violencia es construir la convivencia y educar en valores. Para combatir el bullying es necesaria la cooperación entre todos los implicados: profesores, padres, alumnos, personal no docente, etc.   Pautas comunes a todos los programas autonómicos de prevención e intervención en el bullying desde el contexto escolar son: - elaborar conjuntamente normas básicas de convivencia. - formar comisiones de alumnos y alumnas para la mejora de la convivencia en general. - anular los espacios ciegos del centro para evitar situaciones de ries

  Con estos términos nos referimos a distintas formas de maltrato realizado entre iguales, menores de edad, en el ámbito escolar y, más recientemente, en otros ámbitos a través de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.   Este fenómeno se lleva estudiando desde hace varias décadas, aunque el interés y la preocupación social por las conductas violentas se han ido incrementando a la par que se va conociendo el aumento progresivo de las mismas.   La relevancia de estos tipos de agresiones se pone de manifiesto por las terribles consecuencias que acarrean, pero, sobre todo, porque es un tipo de violencia ejercido por menores contra menores, lo que implica la necesidad de una doble protección.   Tanto víctima como agresor aprenden que en el mundo lo que funciona es la ley del más fuerte, que para quedar a salvo de los maltratos es mejor unirse a los agresores y que, mediante la violencia, se consiguen cosas de forma sencilla, perpetuando un mecanismo que